jueves, 14 de noviembre de 2013

El río y el mar

Un año no es nada, pero puede serlo todo.. De repente, hablando por teléfono te das cuenta de lo rápidos que se escapan los días, de como asombrosamente se nos han escurrido de entre los dedos y se han convertido en más que en una sucesión de días y meses. Cada uno tiene una concepción diferente del momento en que nos conocimos. Para ti ya pasaron dos años, una tarde abrasadora de verano.. Pero ahí solo me observabas de lejos. Y de un extremo pasamos a otro, una tarde de frío cavernal, con un chocolate caliente entre las manos, que era lo único que nos daba calor en el cuerpo. Y de repente viniste acompañado y me presentaron, y tu sonrisa iluminó la tarde extremadamente gris. Y de nada pasamos a ser todo. Al principio una vez a la semana, luego todos los días. Ahora no podemos pasar sin llamarnos, aunque solo sea por escucharnos al otro lado de la línea. Aunque solo sea por el placer de sonreír. Porque siempre tienes todo y nada que contar. Lo que parecía una tontería se fue convirtiendo en algo superior. Eres capaz de ser mis ojos y mis oídos, y a la vez de juzgarme incluso menos que mi subconsciente, aunque no escuche tus consejos. Eres la figura alta que se dibuja en mi mente cuando necesito desahogarme. Eres un campeón. Un jurista. Eres los brazos más grandes que me han abrazado. Y los que nunca he querido que me soltasen. Eres las ganas de llorar en la estación. Eres el de las notas de voz los jueves por la noche, o quizás los sábados. Eres el de los vídeos que me hacen reír, tus historias.. Eres Gon, Gonzalito.. Eres el de las sonrisas. El rey del Eume. El de las historias. Eres un cielo. Eres una gran persona. Eres tantas cosas.. Pero ante todo eres mi mejor amigo. Y eso lo has construído día a día, y nadie lo puede negar. Pocas personas están a tu altura. Y al fin y al cabo. Ninguna me entiende como lo haces tu. No cambies eso nunca

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