miércoles, 29 de febrero de 2012

Yo fingiré también

Creerás que ya me había olvidado de ti, y para qué vamos a negarlo, últimamente parecías renegado en una esquina de mi mente como si ya no te quisiera, como si no me importaras nada, como si ya no necesitase tu presencia y sí, es verdad, parecías un extraño en mis días, pero no, y por eso he vuelto, porque aunque me duela reconocerlo, no puedo vivir con tu ausencia, eres siempre mi mar.
Te voy a contar que hace tiempo que recuerdo como me gustaba hacerte daño, no puedo negarte que me he acordado del sabor de tus labios en las tardes tímidamente cálidas de junio, o de tus abrazos, o de tu jersey, quién sabe si quizá no me vuelvo a cruzar contigo, porque quien sabe si ya no existes para mi.
Quizá mi ego se haya exaltado a causa de tu arte al arrastrar palabras donde te escondes, solo por el silencio que dejas caer entre tus secretos. Y todo nuestro placer se consume y arde en el infierno, porque ya no existe el sabor de tu piel y porque toda esa droga que hemos consumido en un intento de no morir por nuestras propias manos nos ha apuñalado y nos ha sacado la vida. Pero por fin somos felices. Aunque repetiremos cada vez que nos crucemos de nuevo.

lunes, 20 de febrero de 2012

Crescendo

Cuando juegas con fuego tiendes a quemarte. Ahora mismo estoy ardiendo en el infierno. Porque la verdad ya no sé ni quien soy cuando pienso en lo que te has convertido, en la persona que no me suelta en medio de todo este vendaval, y quién sabe, parece que con el retroceso del invierno las cosas vuelven a su lugar. Y cada vez que suena es como una bofetada puesta en una mano que no sabe lo que es el dolor del impacto. Porque cuando algo es verdaderamente cierto, duele más que si te quitaran la vida a tirones. Y cuando termina la tormenta y piensas nunca más volverá a llover, empieza de nuevo, porque, siempre vuelve a llover. Esta vez todo es más largo que de costumbre, pero no me disgusta, alguien a quien quieras, más que a nadie, lo mejor será es que os hagáis daño, todo el que podáis, siempre, y así siempre os mataréis, y siempre querréis seguir llorando por ese dolor que os mantiene vivos.

Cuando cruces la barrera del sonido

Parece que mi mundo vuelve a ser el que era, al fin, pero con una ligera diferencia, que a lo que le faltaba algo ya no le falta nada.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Always back to the begining

Por el frío, salía una foto de la playa

Ya se nos ha pasado el tiempo. Nunca se pueden romper cristales si no tienes las manos frías. Y ahora se va. Recuerdo la sensación que producía el agua al introducirme en la bañera en la que tú dormías. Algo se deshace. Aunque esté aquí contigo, y tú estés ahí, en mis sueños, nada está en su sitio, porque esta noche me muero de frío.

Nunca hay final

Aún recuerdo nuestro sueño en abruptas pérdidas de noches de verano. Acuérdate de mi, algún día cuando no tengas ya nada más de lo que acordarte, acuérdate de mi y desea otra vez que te vuelva a hacer daño, desea que te bese para después dejarte, pero para siempre volver, en recuerdo de algo que ni siquiera nosotros sabemos lo que fue. Ojalá volviéramos al tiempo en que ambos fuimos felices, en aquel dónde podía reír sin necesidad de nada más que de una sonrisa tuya, o un simple saludo. He de reconocer que me encantaba odiarte, y ahora no sé que es más difícil, si quererte o si conseguir ser indiferente a ti, lo que sí sé es que ya no puedo odiarte como lo hacía antes, con toda la naturalidad del mundo. Yo nunca me he escapado contigo para ir al parque, tengo comprobado que todas esas historias pastelosas acaban mal. Si hay alguien a quien merezca la pena recordar, no habrá sido por haber ido con él al parque, al parque van los niños pequeños. Aquellos viajes siderales quedaron estancados en el halo de nuestra memoria. El tiempo nos elevará. Ya sé que estoy siendo muy caprichosa, pero en el fondo sabes lo que quiero. Quizá esto te encoja el corazón, seguramente no lo haga, eso es lo que realmente me gusta, porque sé que no me quieres, pero consigo ser el centro de tu universo,

miércoles, 1 de febrero de 2012

Na túa lembranza

Dáme a paz dos teus ollos e acabaranse as guerras, chega o tempo de comezar a nosa vida ou morrer para sempre. Na fronte dos nosos estoupidos en noites de verán ardente. Que o eco das nosas vidas non se escoite máis que neste mar fronte ó cal esperas sentado a que chegue.
(Cheguei tarde, pero aquí estou, así que non esperes máis.)