lunes, 26 de marzo de 2012

Para piel de manzana

Encadéname allí y no me dejes volver nunca. Era todo mejor de lo que podía haber pensado en los días de mi vida. El mar era testigo, el único, sentados en las rocas, con el tímido calor de la nueva primavera que llegaba para quedarse. Y cuando por fin atamos nuestras miradas y la presión imantada nos hizo levantar el vuelo, nos condenamos. Y si antes no podía olvidarte ni un segundo, ahora solo te olvido si no respiro. Me convertiría en roca para estar anclada allí por siempre. Las olas rompían nerviosas. Más que mi voz que escaseaba, y mis palabras se atragantaban como nunca lo habían hecho. Pero nos armamos de valor y comenzamos la batalla, y una vez se cruza el campo de batalla se desata la guerra, y sin hacernos daño empezamos todo. Ahora solo me falta el calor de tus abrazos, tu sonrisa y tus ojos tan azules. Ahora solo me falta todo.

viernes, 23 de marzo de 2012

War is over

Ahora todo es más ligero. Estamos midiendo distancias, yo aún no sé hasta dónde podremos llegar en un mañana, en mañana. Tenemos todo el mar por delante. No puedo formular aún una oración en plural que nos incluya a ti y a mi, porque a veces no sé por dónde viajas, pero yo a veces viajo por ti. Las oleadas de esperanza cambian como el tiempo, sin importarle nada ni nadie. Todo es tan irreal que se rompe en mi propia ilusión. Me justa este juego, de hecho, se alimenta de mi sangre. Estoy hecha un escalofrío, ven a deshelarme. Y no te vayas más. Los kilómetros a veces se nos clavan en la piel. Pero la fuerza de los momentos nos pueden empujar a la felicidad. Ojalá pudiera sacudirte de mi cabeza, pero creo que ahora es demasiado tarde. Dejo el mundo en tus manos. Haz con él lo que quieras. Arráncame la vida mañana al caer la tarde, pero vuelve siempre al lugar del crimen, siempre para quitarme la respiración y morir por tus ojos de cielo.

martes, 13 de marzo de 2012

domingo, 11 de marzo de 2012

,

 When the sun goes down.

"Para que nada nos separe, que no nos una nada"

No clames al cielo cuando no hay nada que escuchar, las luces brillan en el horizonte, pero al fin y al cabo, son chispas de continua electricidad. No respires. Ya estoy aquí. Aunque no me creas, si sientes mis labios es porque he vuelto. A través del tiempo. Me he dado cuenta caminando sola de que aunque nunca me hayas tenido nos somos necesarios, uno al otro. He pensado en mis viejos sueños, y en las noches de conciertos en un bar. Todo eso me ha rajado el corazón y me ha helado el alma, y me he dado cuenta de que necesito que aquí estés. Destrozándome o queriéndome, me da igual, pero que estés. Desde el primer ataque me di cuenta de que esta guerra la ganaría yo, pero acabarás atacándome, y sellaremos la paz con la sangre de nuestros hijos, con la colisión de nuestros labios, con la ilusión de la eternidad.
Si te digo la verdad, solo tengo ganas de reír, el mundo va a renacer, mi mundo va a hacerlo.

Y la caricia del calor

La noche comienza a caer, silenciosa, aún fresca pero rosada. Como una melodía que te invita a a amar.
Aunque nos diga las palabras más estúpidas del mundo, aunque no sea lo que siempre quisimos oír me doy cuenta de que sumida en tu mirada nos da realmente igual lo que pase en el mundo exterior porque has conseguido teñir el cielo entero del mundo del color de tus ojos azules. Me recuerdas a las caricias de agua salada del verano, un verano que tú conocerás bien. Paseos en las rocas, barcos en el mar, la vida fuera de casa hasta tarde, siempre, y el sol traspasando nuestras pieles desnudas. Siempre ahí. Recordándonos que estás tú ahí, el mar también me tiene enamorada, por eso cuando me miras me apresas como quién se ahoga en un intento de salir de un remolino. Por eso no quiero salir. Porque he de morir dentro.

sábado, 10 de marzo de 2012

Hoy tengo algo que confesar

Hoy tengo algo que confesar, mi número favorito es el cuatro, y aún ayer recordé como casi me caigo al precipicio, pero aparecisteis vosotras para evitarlo. Por siempre, F.




Nunca nada pasa por casualidad.

viernes, 9 de marzo de 2012

Todos amamos desesperadamente

Lo podamos esconder o no. A lo mejor ya puedo respirar sin ti. Aún no lo sé. Pero aún no ha pasado nada, y nunca hemos sido nada ni nadie, y antes de eso nos han cortado las alas al volar. Pero lo hemos disfrutado, después amargamente, pero nos hemos consumido. Quiero volver a adentrarme en tu silencio, aunque el tiempo no me deje. Yo nos condené, siempre lo hice, empezando por decir que sería el final de todos tus caminos, pero aún estando destinados a morir, estamos destinados a ser el culmen de nosotros mismos. No te tires aún. Quédate a mi lado. Aunque seas consciente de que nunca te quise, y probablemente nunca lo llegue a hacer, me gusta sentir el calor de tu sangre corriendo por tus manos aferradas a las mías.
Nos fusilamos día a día, mientras nos asedia la primavera, atacando con cielos claros, con calor y con sonrisas que nos enternecen, que nos hacen perder la noción del tiempo observándonos a través del filtro de un cristal que nos separa. Eso, y un secreto que no podemos desvelar. Y aquí estamos sumisos en días melancólicos que nos hacen recurrir a sordas miradas, que no dicen nada, pero quieren decirse todo, aunque viven presas del miedo, y probablemente así mueran, la vida es injusta, pero nunca creímos que lo fuera a ser así con nosotros.