martes, 8 de marzo de 2011

Conciertos

Humo y gritos de euforia, acordes legendarios. Suspiros. Risas. Dónde nadie es diferente a nadie, aunque haya gente bajo el suelo y gente por encima del cielo, más arriba de las estrellas. Un año cualquiera en los sesenta. Un salto desde muy arriba, una caída, un ascenso. Mi mente se colapsa, el éxtasis de la felicidad, menuda mentira. Tocamos fondo. Agua. Hundido. Como ese juego al que jugábamos de pequeños que sólo comprendía mientras jugaba, luego, olvidaba su sentido. Sal, mar, placer y un amor que quién sabe dónde se esconde, como las tabletas de chocolate, los regalos de reyes, los helados en invierno o las bufandas en verano.