martes, 30 de agosto de 2011

Caía fría, la lluvia

Cayó mi primera lluvia de Agosto, y con ello recordé todo lo que entre risas había cruzado mi mente el día anterior, porque a pesar de haber sido un día fantástico tenía cosas escondidas tras de sí. Recuerdo cuándo pensé que en un par de días serías el centro de un objetivo de una cámara, para inmortalizar el paso de un año más, para plasmar tu madurez en una cifra, para recordar el día que pisaste el mundo por vez primera. Ayer también despedacé algún que otro trozo de la vida de otras personas, otra persona, a la que en el fondo quiero, pero tú, tú eres el pero. Eres tan inalcanzable como respirar el cielo, como abarcar todo el agua del océano en la palma de la mano, pero a la vez eres tan real que casi puedo verte, casi puedo sentir tu presencia y tu piel, casi puedo besarte si quiero. Y los kilómetros nos sumen en una infinita ecuación de elementos que nos hacen perdernos y dejar de comprender, y ponen en duda nuestra vida misma, pero en realidad no nos importa no entenderlo, porque a veces las cosas más reales son las que tienen menos sentido, hay que arriesgarse, hay que sufrir para que las cosas tengan vida, para que estén en su mayor plenitud, hay que esforzarse para recibir una recompensa y poder saborearla con toda la satisfacción. Quiero que lo sepas tú y el mundo entero, si hace falta cruzar el globo terráqueo, lo cruzaré por ti, pero acércate un poco más. No estés siempre tan lejos.

viernes, 26 de agosto de 2011

Tonight, and every night

Levanta tus brazos, si levantas el dedo gordo y apuntas hacia la luna descubrirás que el tamaño de su yema nunca superará el tamaño de la luna, sea el día que sea, la hora que sea y el lugar del mundo desde el que puedas observarla. Cuando el cielo esté poblado de estrellas eternas llámame, susúrrame lo que siempre me quieres decir.

jueves, 25 de agosto de 2011

Pequeño Aristóteles

A veces el otoño quería hacer acto de presencia, a pesar de aún no haber terminado el mes de agosto, a veces nuestras mentes hacen lo mismo, se confunden de la misma manera que caen las hojas de los árboles, de la misma manera que se tiñen de color oscuro, de la misma forma que las aceras se llenan de castañas, igual que la ropa de invierno, que las lluvias cuando aún hace calor. Y así mi mente se queda vacía, en blanco, y a la vez se colapsa, se llena de movimiento y de vida, en el momento en el que apareces tú y en todo lo que podríamos llegar a ser, pero el mundo no vive de lamentaciones, de desperdiciar los momentos en los que podríamos ser felices, de los momentos en los que podríamos reír. A veces pienso, si dos neuronas tienen que ponerse de acuerdo para hacernos funcionar como es debido, el amor existe sí, hasta en límites insospechados. Aunque a veces no creamos en él, aunque hayamos renegado media vida de él, aunque siempre le hayamos dado la espalda él sigue ahí, y sigue siendo el motor de nuestra vida. Y aunque nos vayamos, cada vez que nos reencontremos el mundo se nos caerá encima, nos arañarán el corazón y las lágrimas palpitarán en nuestros ojos intentando salir como un volcán en plena erupción, y moriremos en ellas, atrapados sin remedio, pero tras haberse congelado toda parte de nuestro cerebro con la cuál hubiéramos podido pensar de estar cuerdos, de no ser nosotros quién hablábamos volveremos a vivir, y pasen los años que pasen, dé las vueltas que dé la vida no nos olvidaremos de ésa vez que se cruzaron nuestras miradas, ése día en el que nuestros corazones dejaron de latir para simplemente deliberar al mismo ritmo, en la misma sintonía, se afinaron en la misma nota desde que nacieron, ambos, uno para el otro. (Soy fan de ti)

sábado, 20 de agosto de 2011

Sin fin

Siento que existe una gran diferencia entre el calor humano y el calor que nos proporciona el sol, aunque todos convergen en lo mismo, todos lo necesitamos, aunque a veces nos sobre y nos refugiemos en el frío. Imagínate lo que sería vivir dentro de una nevera, el frío nos aísla de los sentimientos, pero el calor nos colapsa la mente, el gran problema del ser humano es no encontrar un punto de inflexión entre ambos puntos. Nos creemos cosas que no tienen apoyo ni en su propia base y seguimos ideales que no existen.

Llévame al otro extremo

Parece mentira que sigamos aquí, sin poder hacer nada, ¿puedes sentir los latidos de mi corazón? A lo mejor te encuentras en otro lugar del mundo, estoy segura, en el extremo más opuesto de dónde yo me encuentro, en el lugar más lejos en diagonal dentro de los límites que determinan nuestras identidades, nuestros parecidos, nuestras diferencias. Quizá te olvidas de las noches en las que he perdido el sueño por ti, en las que me he sobresaltado, en las que me he despertado y me he vuelto a dormir, en las que me he reído y en las que simplemente te he soñado toda la noche. Estamos hartos de sentirnos como en un océano de hielo, con miedo a que todo muera. Cada día falta menos para que nuestras sonrisas se iluminen, para que brillen y eclipsen a todo el que trate de interponerse entre ellas, falta menos para oír lo que de verdad queremos oír, para no poder decir lo que realmente queremos decir. Eso mismo, quiero no poder decirte lo que realmente quiero decir, lo que realmente siento allí, muy adentro. Te presento a la roca maciza que llevo dentro, y tú, la has bombardeado con dinamita, no es tan fácil, pero ya me dirás cómo lo has hecho. Me has hecho explotar.

martes, 16 de agosto de 2011

Empire State (of mind)

Aún siento tus mejillas ardiendo tras un día entero de exposición al sol, tras el cielo azul celeste y la arena de la playa acariciándonos la piel, nuestros leves abrazos fueron productos de mi imaginación y nuestros besos desde luego inexistentes, pero no importaba ahora. Había visto caer una estrella del cielo y había recordado tu risa al verla. Había visto anochecer en un lugar que helaba la respiración de cuantos contemplaban el sol desaparecer y la luna iluminar sus rostros, había visto brillar estrellas en el cielo que llevan miles de años sien existir. Y me acordé de ti, cada día y cada noche, aún sabiendo que el mundo no me lo permitía. Y tuve miedo de la inmensidad, y tuve un colapso mental, y me sorprendí a mi misma, y sentí la adrenalina fluir por mis venas. Y cuando por fin volví me di cuenta de que llevaba toda mi vida buscando algo así, de que quizá no nos tengamos que buscar tan lejos, de que somos una bandera, somos dos estrellas, somos simplemente, sin más rodeos tú y yo.

lunes, 1 de agosto de 2011

278

En el fondo soy demasiado inocente, aunque mis palabras a veces no lo reflejen, sí lo soy. Bajé dejando la misma sensación del que abandona una estación, esté en la situación que esté, en la de despedirse, en la de irse, o en la del simple placer de ver marchar a los trenes. Llevaba el móvil en la mano, y un simple movimiento suyo hizo que el corazón me diese un vuelco, una sonrisa tonta se adueñó de mi rostro y una sensación tan extraña como, como intentar explicar con palabras lo que te corroe dentro. Y me dieron ganas de correr a casa, o de volver y marcharme, pero lo único que hice fue tropezarme con una paloma con manchas blancas que no sabía volar, y sentí las calles irreales, las distancias inexistentes y estúpidas y en el fondo muy en el fondo tenia ganas de correr hasta que las suelas de mis zapatos no respondiesen y cayese rendida, o hasta que mi cuerpo ya no soportase más, y formar parte de ese paraje que tú veías todos los días, cada mañana, antes que abrir la ventana y ver el azul del cielo o las nubes que amenazan con llover, mírame a mi antes que a todo eso. Y seamos libres, qué más da lo que se diga por ahí, solo podemos creer en lo que queremos creer. Yo creo en nosotros.