lunes, 26 de septiembre de 2011

Es absurda

La manera en que rompen las olas en las rocas un día de temporal, la manera en que deseo una bufanda abrigando mi cuello y unas botas dándome calor, y a pesar de tal absurdo las echo de menos.

Taking pictures of you.

Sí, es maravilloso la forma en que amanece, en que sale despeinado con esa maraña de pelo y se mira al espejo con las arrugas de las sábanas escritas en la cara, en recuerdo de esa noche. Es la forma en la que el sol se refleja en su pelo por las mañanas y en la que brillan sus ojos cuyo color no está comprendido en la escala cromática. Quizá esté perdiendo el tiempo pensando en las mil y una maneras en las que podríamos sentir las cosas como cayendo desde arriba, desde muy arriba, desde nuestro parapente personal, y lanzarnos al vacío, sin miedo, sin más, sin pensarlo, total ¿qué podemos perder si no tenemos nada? En cambio todas los vértices del universo se unen en un mismo punto. Que es el mismo en el que tú das la primera respiración del día y en el que yo palpito por última vez por la noche.

lunes, 19 de septiembre de 2011

I have to break down all the corners of the world.

Me preguntas cosas sin sentido, que quizá tu propia razón debería poder responder a sí misma. Ha sido un día agotador, y aún me quedan ganas de comerme el mundo, después de un fin de semana sin parar, y un lunes, un lunes muy lunes. Tanto hablamos de la astrología, pero en realidad no sabemos nada de ella, de como están dispuestos los planetas, ni que las estrellas que vemos llevan una eternidad muertas, y aún así siguen brillando, siguen teniendo vida. He llegado a la conclusión de que en la nuestra, a pesar de que se nos mueran cosas por dentro podemos seguir vivos, muy vivos, y brillar. Y nos verán a miles de kilómetros, aunque sea dentro de cientos de miles de años. Créeme, no voy a renunciar.

Let me hold you one last time.

- Dame un abrazo
- Está, ¿lo sientes?
- Sí, muy fuerte, ¿No notas las lágrimas mojando tu jersey?
- Bueno, hasta ahora solo notaba las mías en tu camiseta, pero tienes razón, aquí están.
Y un aire frío nos hizo temblar, y un escalofrío nos recorrió el cuerpo entero, y me deslumbraste.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Los héroes aún existen

La leve cortina que suponía la diferencia de edad cayó de improvisto como cae un muro de una casa en ruinas, entre palabras atropelladas y miradas cómplices se vino a bajo. Y me sentí minúscula, y a la vez enorme. Parece increíble. Las luces se disponían sobre la costa formando una paisaje nocturno totalmente infinito. Y mi cabeza comenzó a girar, y el barco se movía, y la gente parecía no darse cuenta de mi existencia, pero sí de la de mis posibles lágrimas, que quedaron reprimidas en un pensamiento que hizo arder mi alma. Arriba y abajo. En el fondo todos somos demasiado humanos, y todos cometemos los mismos errores, dentro y fuera de nosotros mismos. Lo que me despedazaba era entender todo y parecer estúpida contestando con monosílabos y asumiendo todo así, de repente, y la sorpresa de que confiaras.Y cuando te encuentras solo lo que menos esperas es contarle tu historia a una niña ocho años más pequeña que tú, lo que menos te esperas es soltarme todo, como un disparo al centro de una diana, montados en tu coche. lo que menos esperaba era oírte, y me alegro, y no sé qué pensar, pero no importa. Quiero ser tu apoyo, quiero ser el suelo sobre el que caigas. Tan lejos como vayas acuérdate.

Vuelve a llover sobre Manhattan


Veo un punto en ti, un punto en el horizonte, un punto en el cielo, una estrella. Veo tu corazón latir y escucho a 278 kilómetros de distancia cada vez que coges aire y respiras, siento cada vez que sonríes y cada vez que tienes ganas de llorar. Te siento muy cerca y muy lejos. Siento que el mundo se pone en nuestra contra, tal vez has pensado en renunciar, yo aún no. Quién sabe, a lo mejor nuestros sueños llegan mucho más lejos, a lo mejor se quedan estancados en una laguna pobre y sin luz. Y los habrá con historias más difíciles, alumbrados a la luz de una farola y a escondidas, nosotros al menos nos servimos de la luz de las estrellas, de nuestra propia luz. Quiero correr, pero siempre me quedo atrás.

1999-2009

Mirarte de frente, admito en voz alta que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla sin más a la fosa común, donde yacen los sueños, que nos diferencian.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Cometas en el cielo

A veces es increíble lo predecibles que podemos llegar a ser, lo extremadamente humanos que somos. Que  un simple olor, un objeto o un lugar nos haga recordar, nos haga reír o llorar, que nos haga vivir. Aunque la neblina del tiempo en ocasiones nos nuble la vista siempre seremos esos seres propensos al sentimentalismo, y, de hecho, las personas que más lo niegan o que más lo esconden es porque su interior les impulsa a lo contrario, pero, eso, somos humanos, y uno de nuestros mayores fallos es no escuchar a los demás mortales. Y hablando de recuerdos, el otro día revivió uno en mi mente, fue confuso y atropellado, no seguía un hilo continuo, simplemente era. Era el sonido de tu respiración, mientras yo estaba tumbada en la arena de la playa y escuchaba las olas estallar en la orilla tu respiración iba y venía, como una cometa en el cielo, y si en ese momento hubiera caído una bomba nuclear no hubiera ni siquiera abierto los ojos, porque seguiría concentrada en la cadencia de tu respirar.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Vamos a gastarnos unas cuantas noches más.

Qué pasará cuándo estos días queden atrás, cuando sean necesarios meses, al menos semanas para recordar todos esos días de calor, de olor a sal, de risas hasta altas horas de la madrugada. No sé realmente qué pasará, bueno, sí, que esperaré lo que sea necesario para que vuelvan ésos días, en los que una sonrisa era la marca de identidad de unos días únicos, de verano. No sé, supongo que solo puedo sentir ternura por cada uno de los movimientos que he realizado, por todas las veces que he sido yo, por como me ha llegado a descubrir la gente, porque he sido totalmente transparente y eso me ha beneficiado, porque sigo siendo yo, mi yo invernal, pero algo más cálida, se puede decir que me gusta ser otoño. Me gustan también las salidas de noche, viajar, las puestas de sol, las fotos, me gusta el tren, me gusta este eterno verano, me gusta reírme, dormir en el coche, los reencuentros, los abrazos, los besos en la frente y el mar. Pero sobre todo me gustas tú.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Dreamers

Lo prometido es deuda, y sé que eres buen cumplidor, así que espero que no me decepciones, solo voy a pedirte una cosa, espérame, siéntate en una playa un día de invierno cualquiera, quítate los zapatos si quieres, mira el horizonte y calcula cómo de largo puede ser, y tranquilízate pensando que yo te quiero tanto como puedan llegar a ver tus ojos, y tanto como no puedan llegar a ver, así, hasta el infinito. Luego recoge arena con tus manos mientras reflexionas sobre el tiempo, y mientras coges arena entre tus manos piensa en las probabilidades, en nuestra probabilidad, la que aparezca en tu mente, así, sin más. Y cuando acabes de pensar en todo eso, date la vuelta, susurra los kilómetros que nos separan en voz baja y con los ojos cerrados, y prepárate, porque sentirás mi calor en tus labios una vez más. Y te quiero será la frase compuesta de dos palabras más ridícula pronunciada jamás.

Melancolía

Es la palabra con la que definimos todos esos días de verano que vemos que se han marchado sin haber sido los bastantes para cumplir con todos los planes que teníamos en mente, todos los sueños. Nos hacemos viejos, aunque no nos demos cuenta, y, como el verano, la vida pasa sin cumplir todos nuestros propósitos. Siempre caemos en los mismos fallos, y siempre nos arrepentimos del mismo modo, de las mismas cosas, somos un poco tontos.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Cada atardecer.

Ha empezado la cuenta atrás, los atardeceres  nos invaden a horas más tempranas, y llegarán los días en los que la rutina nos atrapará, pero, cada vez que veo los destellos del sol sobre el mar, ése mar que nos vio por vez primera, aunque yo no lo viese, cada vez que siento como la noche roza el día, y comparten ése momento, esos momentos, por pocos que sean, todas ésas veces me hacen recordar el modo en que mis piernas temblaron como hojas a merced del viento. Y vuelvo atrás en el tiempo y recuerdo como se aceleró mi corazón, como las palabras carecían de sentido cuándo salían a través de tu sonrisa,  como se iluminaron mis ojos reflejados en la luz de los tuyos. Y decidimos salir de aquél sitio con un áurea intranquila, con miles de ojos posados sobre nosotros, con sospechas fundadas en nuestras miradas, con odio que se respiraba, y nos escapamos. Corrimos disimuladamente, caminamos de una forma que se nos escapaban las piernas, y acabamos escondidos tras una máquina expendedora que fue testigo de todos nuestros miedos, que sintió nuestras emociones a flor de piel, que escuchó nuestras verdades dichas a media voz, fue la única que supo de nuestros besos. Quién sabe si volverá a saber de ellos, o cuándo será, ¿cuánto tiempo pasará hasta que volvamos a verla? No lo sé. Lo único que sé es que ahora soy más feliz aún, que esperaré tantos anocheceres como sea necesario para volver a sentir tu piel entre mis manos. Has conseguido lo que nadie había conseguido nunca, despertar mi timidez, conseguiste que mis piernas temblasen y que mi voz sonase distante, como si no fuese mía, conseguiste verme insegura, pero eso no le importa a nadie, es nuestro secreto, como todo.