martes, 30 de abril de 2013

Segundo asalto

Algún día llegaremos y las aulas tendrán esa luz y extrañeza que tienen cada año al volver en Septiembre, y sólo habrán pasado dos días, o quien sabe cuantos, pero ya nunca más volverán a ser nuestras. Tras seis años en mi, algunos menos, algunos pocos incluso puede que más. Encerradas en cada habitación miles de sentimientos, preocupaciones, risas, segundos, minutos, horas, años, y años y años. ¿Cuánto tiempo no hemos pasado ahí dentro? Hemos llorado, sufrido, yo a veces creí morir. En cambio otras veces, otras veces me he sentido más viva que nunca. Un proceso de cambios constantes, y cosas que siempre están ahí, incondicionalmente, como pilares del mismo edificio. El grito de alegría que estallará en el momento de partida será como el ritual. Y luego se suceden todas sus celebraciones, todos sus miedos, y todas las emociones de año tras año. No hay poetas menores. Pero parece que todos están muertos. Y de repente entraremos en un nuevo mundo tras el abismo del verano, el verano que tanto necesitamos. Hablamos del verano como si se tratase del amante perfecto, de la ola que nos lleve a tierras sin descubrir. Y todo lo que habíamos temido vendrá a nosotros. Ahora sí que creceremos de verdad. Nos iremos de casa. Sí, nos iremos de casa. Quién nos lo iba a decir. Yo aún recuerdo mi primer día de instituto, en el que no encontraba el baño. A mi primera mejor amiga allí. Todos los amores que se encendieron y se apagaron desde aquél día. Todo lo que ha cambiado en nosotros. Hemos madurado. Todo lo que vamos a dejar atrás. Yo no puedo asumirlo aún.

No hay comentarios:

Publicar un comentario