martes, 16 de agosto de 2011

Empire State (of mind)

Aún siento tus mejillas ardiendo tras un día entero de exposición al sol, tras el cielo azul celeste y la arena de la playa acariciándonos la piel, nuestros leves abrazos fueron productos de mi imaginación y nuestros besos desde luego inexistentes, pero no importaba ahora. Había visto caer una estrella del cielo y había recordado tu risa al verla. Había visto anochecer en un lugar que helaba la respiración de cuantos contemplaban el sol desaparecer y la luna iluminar sus rostros, había visto brillar estrellas en el cielo que llevan miles de años sien existir. Y me acordé de ti, cada día y cada noche, aún sabiendo que el mundo no me lo permitía. Y tuve miedo de la inmensidad, y tuve un colapso mental, y me sorprendí a mi misma, y sentí la adrenalina fluir por mis venas. Y cuando por fin volví me di cuenta de que llevaba toda mi vida buscando algo así, de que quizá no nos tengamos que buscar tan lejos, de que somos una bandera, somos dos estrellas, somos simplemente, sin más rodeos tú y yo.

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