sábado, 18 de junio de 2011

Nueve meses.

Y no miré atrás al irme, como solía hacer, dejé en el parque todas las emociones de los últimos meses, me dejé resquebrajar en un abrazo que me partió el alma. Y así se escapa mi vida, se acaba una etapa, donde todas las personas a las que quiero con la fuerza de los mares y del viento se escapan así, como un soplo de brisa, como si nada importase, dejando tras de sí una infancia, un amor pasado, dejando tras de sí un pedazo de mi vida, que se tira al océano, para que no se note que no para de llorar. Trece años son muchos años, son unos cuatro mil días con algunas personas, todos los días, a todas horas, son palabras risas, son demasiadas cosas, demasiadas miradas, que se perderán en la infinidad del infinito. Adolescencia estúpida, no me abandones. Que sepáis, personas que me habéis soportado durante los últimos nueve meses que si alguna vez os he abrazado, os he mirado con ternura, os he dedicado una palabra amable es que valéis la pena, y que ojalá siempre fuese así. Gracias por tantos años atrás, gracias por este curso, gracias por no querer despedazar mi corazón y hacerlo igual. Considero este el fin de una etapa, esperemos que nos deparen un futuro mejor, pero seguid rasgando mi corazón, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario