En realidad me acabo de inventar esa dirección, al igual que la fecha, que ambas sabemos que es una canción, al igual que la calle de la ciudad londoniense, lo he hecho porque no me gusta decir dónde estoy, porque realemente no quiero saber dónde estoy. Hola Maggie, hace años que no nos vemos, de hecho te tienes que acordar de mí porque inevitablemente formo parte de tu vida, pero bueno, eso. La verdad creo que me he quedado definitivamente sin amigos, pero bueno, no sé si eso importa demasiado ahora, más que para justificar que te esté escribiendo una carta pidiendo ayuda a los servicios secretos para encontrar tu dirección dado que has desaparecido del mapa y no consigo encontrarte en ninguna guía internacional, pero eso ahora mismo no importa, tu paradero está a salvo conmigo, solo quería decirte que este curso he dejado de ser la chica de los pantalones rojos, que he crecido y mejorado, inevitablemente sí, sigo siéndolo, eso es casi inevitable, pero creo que ahora soy algo más, soy una persona más, no sé como explicarlo, pero sé que tú lo entenderás. Realmente me creerás idiota por mandarte una carta desde tan lejos (los sellos lo constatan) para decirte simplemente esa inútil frase, la de que me creo alguien más que la chica de los pantalones rojos, pues bien, como siempre has acertado, te escribo para que me saques de esta incertidumbre, como antes te he dicho, mi carácter fuerte, solitario, bohemio y extremadamente especial me han hecho quedarme sola, sé que han pasado muchos años, pero sé que si te lo pido volverás. Si no lo vas a hacer, cosa que dudo, tira una botella de cristal al medio del océano con tu respuesta dentro que yo ya la recibiré, si no espero tu vuelta, los billetes de avión están en el sobre pequeño, junto a mi verdadera dirección.
Tuya, A.
Tuya, A.
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