jueves, 5 de mayo de 2011

Vainilla

Llevaba todo el día con antojo de vainilla, y de repente me encontré después de haber pasado más de medio día, en una tienda, en una ferretería para ser exactos. Estaba bien ordenada y tenía buen aspecto, pero la mitad de las cosas que había allí no tenía ni idea de para qué servían. Desde que había entrado mi instinto me había empujado a una estantería , la de las pinturas acrílicas. Iban envasadas en un bote de plástico con el nombre del color en la tapa, asífui vagando entre el azul alba, verde pistacho, azul turquesa, malva hortensia... Hasta que desemboqué en el que probablemente mi subconsciente había estado buscando, pero mi imaginación no daba para tanto, era impensable, tenía entre mis manos el color vainilla, tenía gracia, tuve que contener mis impulsos para mantener mi postura delante del resto de la humanidad y que sigueran pensando que yo era normal. Pero seguí con el anhelo de oler vainilla, de comer churros de chocolate y vainilla, de beber aquarius de nubes y de saltar por encima del agua. Seguía con ganas de comerme el mundo

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