miércoles, 8 de febrero de 2012

Nunca hay final

Aún recuerdo nuestro sueño en abruptas pérdidas de noches de verano. Acuérdate de mi, algún día cuando no tengas ya nada más de lo que acordarte, acuérdate de mi y desea otra vez que te vuelva a hacer daño, desea que te bese para después dejarte, pero para siempre volver, en recuerdo de algo que ni siquiera nosotros sabemos lo que fue. Ojalá volviéramos al tiempo en que ambos fuimos felices, en aquel dónde podía reír sin necesidad de nada más que de una sonrisa tuya, o un simple saludo. He de reconocer que me encantaba odiarte, y ahora no sé que es más difícil, si quererte o si conseguir ser indiferente a ti, lo que sí sé es que ya no puedo odiarte como lo hacía antes, con toda la naturalidad del mundo. Yo nunca me he escapado contigo para ir al parque, tengo comprobado que todas esas historias pastelosas acaban mal. Si hay alguien a quien merezca la pena recordar, no habrá sido por haber ido con él al parque, al parque van los niños pequeños. Aquellos viajes siderales quedaron estancados en el halo de nuestra memoria. El tiempo nos elevará. Ya sé que estoy siendo muy caprichosa, pero en el fondo sabes lo que quiero. Quizá esto te encoja el corazón, seguramente no lo haga, eso es lo que realmente me gusta, porque sé que no me quieres, pero consigo ser el centro de tu universo,

No hay comentarios:

Publicar un comentario