lunes, 20 de febrero de 2012

Crescendo

Cuando juegas con fuego tiendes a quemarte. Ahora mismo estoy ardiendo en el infierno. Porque la verdad ya no sé ni quien soy cuando pienso en lo que te has convertido, en la persona que no me suelta en medio de todo este vendaval, y quién sabe, parece que con el retroceso del invierno las cosas vuelven a su lugar. Y cada vez que suena es como una bofetada puesta en una mano que no sabe lo que es el dolor del impacto. Porque cuando algo es verdaderamente cierto, duele más que si te quitaran la vida a tirones. Y cuando termina la tormenta y piensas nunca más volverá a llover, empieza de nuevo, porque, siempre vuelve a llover. Esta vez todo es más largo que de costumbre, pero no me disgusta, alguien a quien quieras, más que a nadie, lo mejor será es que os hagáis daño, todo el que podáis, siempre, y así siempre os mataréis, y siempre querréis seguir llorando por ese dolor que os mantiene vivos.

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