lunes, 10 de octubre de 2011

Me llaman Octubre.

Hoy es un día cualquiera, en concreto diez de Octubre, sí, es mi mes favorito del año y es un día par, pero no tendría por qué tener nada más, pero cuando rasguemos las esquinas de nuestras agendas se dibujará una sonrisa en recuerdo de cada momento, y las hojas en el calendario discurrirán, pero todo será diferente, todo, y a la vez será mejor, estoy segura, tenemos mucho que aprender. Y aunque hoy no haya nacido un genio, no haya partido una nave de la NASA a la Luna, qué más da si hoy un literato no ha escrito su obra maestra, no importa, porque hay una fuerza mayor que todo esto, porque ser únicos es algo que pocos pueden tener. Y el mar romperá las ventanas y deshará las rocas, y seremos arena, y moriremos en el intento, pero congelados en un beso voraz que convertirá en incandescente todo cuerpo que ose interrumpirnos y recordaremos la cadencia de nuestros corazones de memoria, y el sonido que hacían nuestras ropas al romperse, y las noches de poesía y de cometas descendiendo del cielo, mientras nosotros subíamos a él, y eso será lo único que quede tras el polvo interestelar.

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