lunes, 3 de octubre de 2011

El cosmos

Siempre me ha impresionado la grandeza del universo, ahora mismo, aquí sentados, en un brazo de la galaxia, ¿qué le importamos al resto? Ni siquiera a la mayoría de los que están sobre la faz de la tierra. Observa al lucero del alba, ahí, escondido, no parpadea como lo hacen las estrellas, incluso cuándo caen del cielo para mostrarnos un espectáculo increíble siguen parpadeando, quizá ya no estén con vida, no lo sé. Pero todo ese universo se convierte en minúsculo cuándo estallan nuestros labios, y se crea el vacío, y la nada, y entonces estoy en un agujero negro, y la verdad no me importa, porque huelo a tu perfume, y póngase las veces que se duerma tras la línea del horizonte la estrella más grande de nuestra secuencia principal yo seguiré aquí, sin saber qué hacer, pero aquí, sea el cielo del color que se quiera teñir.

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