sábado, 9 de julio de 2011

Shine on.

El día había sido fantástico, el sonido del tren me arrullaba y llegado un punto ya no podía leer con los gritos de la niña diablo que tenía en frente carcomiéndome, tenía la música sonando en mis oídos y aún así no era suficiente, aunque Coldplay servía de tranquilizante ante aquella situación, acababa de dejar a mis amigos en una estación a kilómetros de dónde ya me encontraba, y a estarían en sus casas, recordando el fantástico día que habíamos tenido, recorriendo sus calles húmedas y riéndo al caer la lluvia sobre nuestros zapatos de tela, contemplando la playa empapada. Entre peleas, cosquillas y besos perdidos se nos fue el día, el día, por ahora el día más feliz del verano, el día en que sentí que mi alma se elevaba a otro nivel y en el que tuve que dormir para bajar los pies al suelo. Quiero más días así, os quiero cerca de mí, quiero oír más veces el sonido del tren y dormir a vuestro lado cada noche.

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