miércoles, 13 de julio de 2011

Croacia.

El avión se había posado, hacía muchísimo calor, ya recorríamos las carreteras en un coche verde de un hombre del cuál desconocía el nombre, al llegar un chico joven nos introdujo en una casa de cuento de hadas, con una ventana al universo, con islas que parecían el edén y con casitas debajo de nuestra vista salidas de los mismos cuentos que la nuestra. El mar brillaba con una fuerza increíble y su color parecía sacado de la paleta de Monet, nos esperan días maravillosos en esta costa increíble, disfrutémolos, corazón, pena que no estés conmigo.

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