Te prometí que escribiría algo:
No tenemos por que desencadenar palabras sin sentido, ¿no? No sirven de nada, déjalos a un lado, sonríeme y déjame contigo, mientras el viento, en la terraza más vertiginosamente septentrional del universo, nos hiela. Agárrate a mi y déjame así. Dame ropa de invierno, dame frío cavernal, dame quererte sin poder más. Dame quererte más y más, por cada frío invernal
Un día llegó esto a mí, a la bandeja de mensajes, y a partir de ese día no hubo más discursiones, a partir de ese día fuimos nosotros, siento escribirlo aquí, pero es de las cosas más bonitas que me han escrito en meses, gracias por escucharme siempre, amigo.
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