jueves, 18 de noviembre de 2010

Un pequeño amor de cuento

Arañándome las mejillas, pidiendo ayuda a las estrellas. Fuera, en el balcón, dónde solías fumar un cigarrillo, siguiendo después ese humo hacia el cielo, arriba, más arriba, más aún.... Allí dónde precisamente habíamos estado nosotros. La primera estrella a la derecha y luego todo recto hasta mañana. Y otras muchas, y a todas les preguntaba, la habéis visto? Por favor, he perdido mi estrella, mi isla que no existe. Dadme un porqué , un simple porqué, cualquier porqué. Pero qué idiota, ya se sabe, cuándo un amor se acaba, se puede encontrar todo, excepto un porqué.

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