domingo, 18 de diciembre de 2011

Ahora que casi se pueden contar con los dedos de dos manos

Ahora que los días que quedan del año casi se pueden contar con los dedos de las dos manos, y unos pocos de un pie, echamos la vista atrás, como todos los años, y a pesar del consumismo que nos rodea, de las tensiones familiares, de las cenas aquí y allá, nunca sabemos sonreír de manera tan sincera, nunca sabemos abrazar tan fuerte, nunca sabemos sacudirnos el frío con tanta facilidad, nunca sabemos llorar, correr, y darnos cuenta de que, a pesar de que nos estemos quejando constantemente la vida nos da más de lo que le damos nosotros a ella. Quedaron más días atrás de los que vendrán. Pero en nuestras vidas quedan más de los que han pasado. La familia que siempre está ahí, luchando por delante y por detrás por mantenerse a flote, que lo da todo a cambio de nada, que vive solo para ser eso, familia. Y luego, algo que podría decirse que ha sido lo mejor que me ha pasado este año, el descubrimiento de la amistad, de un conjunto de personalidades que se conjugan y se fusionan en una sola alma, y, así se encabeza mi lista de agradecimientos y de propósitos, que será bien larga, doy gracias por estas cosas y me aseguro de preservarlas tanto como mi propia vida, porque de ello depende que siga siendo mi vida.

1 comentario:

  1. Tenemos de todo, y no nos hace falta de nada. Me alegro de todo lo que está pasando en mi vida a vuestro lado. Gracias

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