miércoles, 28 de diciembre de 2011

Inocente

¿Cuántas cosas no habré perdido? Sí, pongo la vista atrás, aunque no deba hacerlo y hago un resumen del año, aunque no me guste hacerlo, recuerdo, con calma cada vez. Cada vez que me besaron con amor y no correspondí, cada vez que alguien confió en mi y lo defraudé, cada vez que destruí una ilusión como quién destruye un castillo de arena. Ahora mismo querría abrazar a muchas personas. Ahora mismo soy feliz. Pero, como siempre me invade la nostalgia como un perfume fuerte que nos cambia el humor. Y en el fondo quiero a todas esas personas, pero ya las he dejado escapar, a pesar de sus esfuerzos. Solo doy gracias porque hayan podido rehacer su vida. Estos balances de final de año me hacen sentir como un prisionero condenado a muerte al que le faltan pocas horas para ser fusilado y debe confesar todo lo que siente, decir todo lo que se le viene a la cabeza para liberarse, pero no es el caso, afortunadamente, aunque podría serlo, me estoy fusilando a mi misma, quiero ser siempre mejor, soy egoísta, egocéntrica, ego ego ego, soy María, soy viento pero quiero quedarme. Me encuentro en la total incertidumbre. Y me hace daño recordar. Pero aún así, manténlas a mi lado, siempre. Dame muchos más años para seguir recordando, con el corazón desbocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario