viernes, 8 de junio de 2012

Summertime sadness

No importa en qué momento del día vayan a estallar nuestras sonrisas, porque las estaremos esperando ansiosos, todos. Desde que despunte el alba. Ahora mismo ya no sé a quién escribo, pero supongo que es una petición desesperada. Alguien me recordó un día un consejo que yo misma le había dado. Cuando el mundo se te eche encima, cuando no puedas parar de llorar, cuando te falte la respiración, cuando no salga el sol aunque te abrase la piel, en ese momento olvídate del mundo y escribe. Y no puedo negar que no funcione, claro, era mi táctica favorita, y está bien recordar viejas glorias.
Recordar también que cada vez que llega el verano la tristeza nos asedia, porque, algo que deseamos todo el año se vuelve nostálgico, quizá no porque no deseemos la llegada de la libertad, la causa quizá sea que lo deseamos demasiado ardientemente, y nos apresamos en nuestros propios deseos, y el calor no nos deja pensar como personas.
Estoy totalmente perdida, que alguien venga a rescatarme por favor.

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